A vos te pregunto:
¿Pediste alguna vez “no se olviden de Cabezas”?
¿Te pusiste en tu solapa ese botoncito negro, te acordás, con borde plateado?
¿Cliqueaste “me gusta esto” en cada aniversario de su crimen?
Bueno, no te olvides de los 21 trabajadores despedidos en Perfil. La
editorial echó a fotógrafos y editores porque, según explicó en un
comunicado, “las nuevas tecnologías y el desarrollo de redes sociales
promueven un uso de imágenes con costos notoriamente inferiores a los
actuales”.
En buen castellano: sale más barato robar una foto de google o de
twitter que pagarle a un fotógrafo. Perfil había intentado ya, en el
2002, derogar el Convenio del Periodista profesional. El despido
arbitrario y la inusual justificación de la empresa origina dos
preguntas.
La primera: ¿Será esta una cabecera de playa para flexibilizar –aún más-
nuestro trabajo? Colaboradores y tercerizados precarizaran hoy la
actividad cotidiana.
La segunda: ¿Te imaginás qué hubiera pasado si en 1997, en lugar de
mandarlo a Cabezas, la editorial hubiera pedido a los turistas de
Pinamar que tomaran su Kodak o Polaroid para estar atentos por si veían a
un gordito canoso con cara de bonachón?
Diego Pietrafesa.
http://www.diegopietrafesa.com.ar/mistextos_detalle.php?id=78